La socialité estadounidense, Jocelyn Wildenstein, es uno de los casos más severos de deformidad a causa de las cirugías.
Nacida en Suiza, ya desde la adolescencia comenzó a salir con hombres de gran poder económico. En 1978 se casó con Alec Nathan Wildenstein, una personalidad reconocida en Estados Unidos gracias a que su familia es una de las más importantes en el negocio de las galerías de arte.
Juntos tienen dos hijos. Sin embargo, comienzan los trámites de divorcio en 1997, llevándoles más de 2 años poder obtenerlo. En todo este tiempo y a causa de ser una de las “celebridades” con mayor poder adquisitivo del país, es que su caso obtiene una enorme cobertura de los medios, especialmente por los gastos que se fueron descubriendo de la pareja: billones de dólares en lujos, frivolidades y extravagancias.
Acostumbrada a una vida donde parecería que todo se obtiene con dinero, Jocelyn Wildenstein comenzó a recorrer un camino bastante demente para reconquistar a su ex pareja: sabiendo la debilidad de éste por los gatos, Jocelyn decidió someterse a varias cirugías estéticas para adoptar la apariencia de un felino.
Ha gastado millones y millones de dólares con el correr de los años, deformando completamente su rostro, quedando como algo que no tiene palabra alguna para describirlo. Nada de esto sirvió para volver con su marido, ni tampoco la vida la daría alguna posibilidad: Alec Nathan Wildenstein fallece en el año 2008 por un cáncer de próstata.
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