La ex supermodelo de 58 años, muy linda de joven, podría haberse mantenido de buena manera sino fuera por las mil y una cirugías a las que se sometió. Lejos de mejorarla, han empeorado completamente su rostro. En cada fotografía se ve un nuevo retoque, cada vez tirando más abajo lo poco que queda de atractivo de su figura. Su búsqueda de la perfección y la lucha por detener el tiempo, le hicieron tocar fondo: se declaró recientemente adicta a las cirugías.
Una de las transformaciones que más deformó su rostro, fue el excesivo aumento del tamaño de los labios.
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